La Nación: Dar y recibir: ayudar a otros, un camino de plenitud
25/05/2025
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El compromiso con los que necesitan una mano genera una sensaci贸n de bienestar, reduce la ansiedad, promueve la autoestima y mejora las defensas del organismo
Son testimonios que impactan por lo contraculturales que resultan. Un joven de 39 a帽os, Juano Chalbaud, recibido de ingeniero industrial con una oferta de trabajo s贸lida en una empresa multinacional que decide dejar su c贸moda vida de Buenos Aires para radicarse en el Impenetrable chaque帽o y promover, con una pasi贸n irrefrenable, la vida de las comunidades originarias. O Anita Miguens, licenciada en Educaci贸n (41) madre de 5 peque帽os que se dedica full time (full life) a proteger y estimular a 20 ni帽os que viven en el hogar Una Posta en el Camino (Don Torcuato), fundado por la psic贸loga social Sof铆a Paz. O la vida de Juan Thomas, ingeniero industrial que, en 2007 decidi贸 dejar el mundo corporativo para dedicarse de lleno al social. Hoy se desempe帽a como director ejecutivo de Fundaci贸n Potenciar Solidario acompa帽ando a m谩s de 500 ONG de todo el pa铆s.A veces son giros de 180 grados y otras veces no: tres, cuatro, cinco horas a la semana que se deciden entregar gratuitamente a tareas de voluntariado en diversas organizaciones de la sociedad civil. Las razones para hacerlo son m煤ltiples; los frutos que cosechan, similares. Los voluntarios entrevistados hacen referencia a la paz y plenitud que sienten al poder alegrar y alumbrar la vida de seres humanos postergados, descartados o invisibilizados; el amor y la pasi贸n que los mueve para paliar injusticias o acortar la brecha social, la gratitud por todo lo recibido y el sentido de pertenencia que experimentan en su d铆a a d铆a. La pregunta entonces queda picando: 驴por qu茅 les hace (y nos hace) bien ayudar a otros? Desde joven, Teresa Reggi sinti贸 la necesidad de dedicar tiempo a los dem谩s. Trabaj贸 en talleres de arte de la Villa 31 y en un hogar de ni帽os judicializados, luego dedic贸 a帽os de su vida a escuchar, acompa帽ar y aliviar el miedo y la angustia de padres o abuelos cuyos hijos estaban internados en el hospital Fern谩ndez. Hoy, cada viernes por la ma帽ana, visita el penal San Mart铆n con la Fundaci贸n Espartanos para rezar el rosario con personas privadas de libertad, la excusa perfecta para prestarles su o铆do. Dice conmovida que cada experiencia la marc贸 y la sigue transformando. 鈥淢e ayuda a ser agradecida con las oportunidades que la vida me regal贸; a agudizar mi escucha, a volverme m谩s emp谩tica y ponerme en el lugar del otro sin juzgarlo porque no s茅 c贸mo hubiese sido mi historia de haberme tocado esa realidad. Pero sobre todo, cada sitio que visito con el deseo de entregarme, me ense帽a a mirar mi metro cuadrado y convertirme en mi mejor versi贸n. Me he dado cuenta que si escucho en el penal pero no estoy atenta en casa a mi marido y mis hijos, o si abrazo a un desconocido en la calle pero no abrazo a mis amigos, no entend铆 nada鈥, cuenta esta mujer sensible a quien le llena el alma sentarse a matear y hacer sentir al otro 鈥損or un rato鈥, la persona m谩s importante y valiosa del mundo. 鈥淣o tiene precio鈥, remata.En el coraz贸n de los Valles Calchaqu铆es. La historia de un suizo y su visionario proyecto鈥淓sto es lo que elijo鈥滼uano Chalbaud, fundador y director ejecutivo de la Asociaci贸n Civil Monte Adentro, ONG que trabaja en pos de las comunidades rurales del Impenetrable promoviendo su desarrollo integral en armon铆a con la biodiversidad, explica que el haber escuchado y atendido el anhelo de su coraz贸n joven, all谩 en 2016, que lo llamaba a internarse en el norte fue una bendici贸n que le regal贸 una enorme libertad interior. 鈥淢e siento despojado, no necesito tener mucho; me basta con servir y estar en comuni贸n con estas personas sencillas y su entorno natural, el gran bosque chaque帽o. Mis motores son la comunidad, el monte y Jes煤s鈥, se帽ala. Por supuesto que dar el salto, diez a帽os atr谩s, fue dif铆cil sobre todo al lidiar con el miedo que le transmit铆a su entorno respecto a lo que 鈥渆staba perdiendo鈥: seguridad econ贸mica y desarrollo profesional. 鈥淧ero la experiencia aqu铆 fue confirmando el llamado y mi sue帽o por potenciar este gran pulm贸n de nuestro pa铆s. Hoy no tengo dudas ni un plan B. Esto es lo que elijo, lo que me hace feliz y lo que me permite desplegarme por entero, vivir desde lo esencial, conectado en silencio con el otro con quien arr铆o el ganado sin necesidad de que ocurra algo m谩s. Eso ya es un tesoro鈥, subraya en conversaci贸n telef贸nica. Enseguida, Juano se cuestiona al caer del d铆a, qui茅n tiene una vida m谩s plena y saludable: el que vive en el ritmo fren茅tico de la ciudad siempre en pos de lograr algo o quien dedica su tiempo a trabajar junto a su familia, en la naturaleza, sirviendo a sus hermanos m谩s pr贸ximos. 鈥淓n el mundo moderno, las ciudades son consideradas lugares ricos y el monte, un sitio pobre. Pero mi experiencia me permite apreciar las riquezas humanas, culturales, naturales de este lugar que carece de oportunidades para desarrollarse. Si existiesen, estas personas podr铆an vivir plenamente ac谩, cuidando su tierra, sin necesidad de emigrar a las urbes鈥, afirma Juano.Cuando de salud se trata, este comprometido muchacho, da en la tecla. Seg煤n recientes investigaciones de la Mayo Clinic, las personas que dedican tiempo al voluntariado ganan en salud. Tienen menos 铆ndices de depresi贸n y ansiedad que quienes no lo practican, menos estr茅s ya que liberan gran cantidad de dopamina y oxitocina en el cerebro produciendo una sensaci贸n de bienestar y relajaci贸n; menor riesgo a contraer enfermedades card铆acas y accidentes cerebrovasculares y experimentan un aumento de autoestima y satisfacci贸n con su existencia. Ni hablar de las amistades y la red que entretejen en la diaria y que son fuente de sost茅n y alegr铆a.Las 3 vitaminas que son fundamentales para mantener los ojos sanos, seg煤n expertosJoaqu铆n Grehan, m茅dico especializado en medicina del estr茅s y estilo de vida, coincide. Y hace referencia a un estudio realizado por la Universidad de Carolina del Norte que indica que, quienes dedican tiempo y energ铆a a cuidar a otros, mejoran las defensas del organismo. La investigaci贸n se encarg贸 de evaluar a dos grupos de personas. El primero (A), persegu铆a el placer hed贸nico (sexo, compras, programas, viajes), y el segundo, la satisfacci贸n eudaim贸nica (vivir al servicio). Al medir el sistema inmunol贸gico de ambos, los resultados indicaron que, el grupo A expres贸 genes inflamatorios en su sistema inmune mientras que el B, lo contrario: genes antinflamatorios. 鈥淗acer bien nos hace bien鈥, sintetiza Grehan. Este especialista est谩 convencido de que, cuando agrandamos el c铆rculo de nuestros intereses primarios, y regalamos tiempo a otros el alma se pone de fiesta. Pues activamos nuestras cualidades humanas superiores, como el altruismo, la autoconciencia, la gratitud, la compasi贸n, la capacidad de estar presentes, liberando en el cuerpo hormonas como la oxitocina o serotonina, que son contrarreguladoras de las sustancias qu铆micas del estr茅s (cortisol).Crecer como personasGuadalupe Echazu (48) y Julio Mallmann (49), tienen cuatro hijos, viven en Pilar y desde hace ocho a帽os, dedican dos horas los lunes por la tarde a impartir clases de Biblia en la Posada de la Vida, un centro de rehabilitaci贸n o m谩s bien, un hogar para recuperar y contener amorosamente a j贸venes adictos de bajos recursos. 鈥淓ste apostolado transform贸 radicalmente nuestras vidas y nuestra familia. Nos hizo crecer como personas, nos cambi贸 la mirada, nos uni贸 como matrimonio鈥, asegura Julio, que tiene una profesi贸n demandante.Los Mallmann cuentan que La Posada, les regal贸 la oportunidad de darle un nuevo orden a sus d铆as, salir del materialismo que seg煤n ellos, nos empuja a desperdiciar nuestro precioso tiempo en cosas que nos dejan vac铆os interiormente. 鈥淓s nuestro momento favorito de la semana鈥, aseguran. Creen que, la palabra, la oraci贸n, la cercan铆a y el amor son fuente de consuelo y esperanza para estos chicos. Los relatos del Antiguo Testamento, llenos de dolor, traici贸n, ca铆da y redenci贸n se convierten en espejos de su alma, ecos de sus propias luchas. Y entre l谩grimas y abrazos salen a luz las historias m谩s 铆ntimas. 鈥淪er testigo de reconciliaciones familiares o de perdones que los mismos j贸venes se dan a s铆 mismos, me hace explotar el coraz贸n. Dios act煤a: lo m谩s roto de cada uno puede volverse un lugar sagrado鈥, remata Guadalupe.Al escuchar tantos testimonios generosos, queda de manifiesto que estas personas viven en clave de colaboraci贸n y no de competencia. 鈥淭rabajar para matar o morir, pisando cabezas nos enferma. Si nos rige el mandato y nos enfocamos exclusivamente en adquirir reconocimiento, estatus, poder o 茅xito econ贸mico a cualquier precio, nos acostumbraremos a la tensi贸n, al modo supervivencia, sosteniendo una alta carga de estr茅s y sufrimiento en el cuerpo鈥, asegura Grehan. En cambio, si la vida transcurre en el compartir, regalando bienestar, todo comienza a fluir de otra manera; salimos de la lucha, que nos produce agotamiento cr贸nico, para entrar en la relajaci贸n. 鈥淗ay m谩s disfrute, conexi贸n, y la posibilidad de desarrollar v铆nculos nutrientes鈥, afirma este m茅dico que invita a tomar conciencia de no caer en el frenes铆, pues 鈥渘o es tanto lo que necesitamos para sostener la existencia鈥.鈥淒edicar un tiempo de mi semana a mejorar la educaci贸n de chicos carenciados le da sentido a mi vida. Cada vez que estoy con ellos y constato sus logros acad茅micos y personales siento que estoy invirtiendo mi tiempo en algo muy valioso. Ayudar a otros me saca de mi propio ombligo, mis preocupaciones y me conecta con la gratitud. Mi tarea social es la mejor manera que tengo para agradecer todo lo que tengo鈥, cuenta Marina Massone, voluntaria en el apoyo escolar de la ONG Unidos por San Francisco (Pilar), convencida adem谩s de que su alegr铆a se desparrama en casa, contagiando de vez en cuando, a alguno de sus hijos que se suma a la movida. 鈥淟os chicos, aprenden por resonancia emp谩tica鈥, acota Grehan.Anita tambi茅n suele llevar alguno de sus peque帽os al hogar. Y se apoya mucho en su grupo de trabajo que a su vez coordina las funciones de m谩s de 100 voluntarias. 鈥淭enemos acuerdos y desacuerdos naturales pero predomina el entendimiento mutuo. Aprendo y disfruto de mis compa帽eras. Y percibo algo que va m谩s all谩 de nuestras capacidades. Ese amor y pasi贸n por lo que hacemos es una energ铆a que nos sostiene en momentos dif铆ciles鈥, comenta. Esos que inevitablemente llegan. Pues no todo, claramente, son rosas en el camino. Cada entrevistado sin embargo, relata sus propias estrategias para enfrentar esos obst谩culos. 鈥淗ay d铆as en que la situaciones me exceden, que siento que no puedo, y es ah铆 cuando pongo el foco en lo peque帽o, en cada chico con nombre y apellido que asisto. Esto me vuelve al eje鈥, subraya Anita. En el caso de Juano, cuando se topa con la bronca que le provoca constatar que las oportunidades no llegan por desidia pol铆tica o el dolor que siente por la destrucci贸n de miles de hect谩reas de bosque por codicia econ贸mica, su mecanismo para recargarse es simple: respirar hondo, volver al monte a caminar mirando las estrellas y apoyarse en su mujer Mar铆a Magdalena (Mery), quien tuvo el coraje de seguirlo por amor. Teresa tiene guardado en su coraz贸n momentos dram谩ticos vividos en el hospital. Un d铆a en que el servicio social le sacaba la hija (desnutrida) a una madre que no pod铆a cuidarla. El alma se le estrujaba, y le costaba recuperarse. Cuando la congoja es intensa (hoy en su labor en el penal), intenta quedarse en silencio un rato antes de seguir con el d铆a. Necesita recuperarse de esos impactos.Es que aunque los objetivos planteados por esta ONG y las tareas requieran de una minuciosa estrategia, planificaci贸n y eficiencia, lo que predomina en la diaria, no es la cabeza si no, el cuerpo y el coraz贸n. El alma, no la mente.Nunca es tarde para empezar y disfrutar del gozo de dar. Buscando en lo peque帽o, aquellas causas que resuenan con uno. Teniendo claro que, hacer el bien, nos hace mucho bien.
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